La costa de los ausentes, de Santiago Gil

Una reseña de Josefa Molina

‘La costa de los ausentes’ de Santiago Gil (Guía, Gran Canaria, 1967) me sorprendió, y eso es, desde mi punto de vista, uno de los mejores elogios que se pueden hacer de una novela. Que te sorprenda, que te enganche, que te guste cómo está escrito, que sea un texto limpio, sin subterfugios innecesarios, que sea ágil en la descripción de los personajes y de las situaciones… todo ello sumado a la cercanía de los paisajes que enmarcan el relato, en este caso, los de Agaete, en primer plano, seguidos de los de Famara, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid y Londres; lugares que he tenido el placer de recorrer y otros que no conozco, como Nueva York y Dublín, hace que esta novela te seduzca desde un primer momento.

Tengo que decir que tardé menos de cinco días en leérmela que, vale, puede ser mucho o poco tiempo en función del espacio libre para dedicar a la lectura que cada uno tenga en su día a día y que, en mi caso es más bien escaso. Por eso, que la lectura de este libro la haya hecho en cinco días responde a la excelente capacidad narrativa de Gil, que hizo que me adentrara en la vida de Nieves Rivero, la protagonista, y en sus vicisitudes, acompañándola en sus momentos de tristeza, de placer y de rabia ante los abusos e injusticias.

Además, hay que destacar el elemento de denuncia que Santiago Gil despliega en este texto, tanto en lo que se refiere a la explotación del medio ambiente y la costa insular en general, y la grancanaria muy en particular, a través del episodio de especulación en Agaete, como de otros temas más humanamente sangrantes como es el «negocio» que se realiza con total impunidad a través de los sistemas de determinados organismos nacidos al calor del fenómeno de la inmigración infantil en Canarias que, recordemos, trajo a las islas en apenas mes y medio a más de 1.500 niños africanos a bordo de pateras y cayucos allá por el verano de 2006. Todo ello desde la ficción pero, ¿a quién no le suenan situaciones reales como las que ficciona Gil en esta novela?

Desde luego, no soy crítica literaria, no tengo ni los conocimientos necesarios ni es mi intención hacer de esta reseña una crítica literaria al uso sobre el último libro de Gil, pero sí que hablo desde mi punto de vista como lectora, y como lectora he de decir que este libro es dinámico, está excelentemente escrito, te engancha y, por tanto, merece ser leído. ¿Cuántas novelas hay en la actualidad en el mercado de las que se pueda decir lo mismo?

Por todo ello, les animo a que lean este libro, porque estoy segura de que no les va a defraudar, especialmente, cuando lleguen a las últimas páginas en las que Gil, en un alarde de maestría narrativa, le da la vuelta a toda la trama del relato sorprendiendo al lector. No, no les voy a adelantar nada porque no quiero arrancarles el placer de descubrirlo por ustedes mismos a través de su lectura, tal y como lo descubrí yo una tarde de hace dos semanas.

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